Pechuga de pollo a la plancha jugosa, tierna y deliciosa.

La pechuga de pollo a la plancha es una de las formas más saludables y sencillas de preparar esta carne, pero también puede quedar seca y sin sabor si no se hace bien. Por eso  te voy a dar algunos consejos para que te salga una pechuga de pollo a la plancha jugosa, tierna y deliciosa.

Lo primero que tienes que hacer es elegir una buena pechuga de pollo. Lo ideal es que sea fresca, de calidad y con un poco de grasa, que le dará más sabor y jugosidad.

También puedes usar pechuga congelada, pero tendrás que descongelarla bien antes de cocinarla.

Pechuga de pollo a la plancha jugosa, tierna y deliciosa.

El siguiente paso es adobar la pechuga. Esto le dará más sabor y ayudará a que no se reseque.

Puedes usar el adobo que más te guste, pero te recomiendo que tenga al menos sal, pimienta, ajo picado y un poco de aceite de oliva. También puedes añadir otras especias o hierbas aromáticas, como orégano, tomillo, romero, pimentón, comino, etc.

Mezcla bien todos los ingredientes en un bol y deja marinar la pechuga durante al menos media hora en la nevera.

Ahora ya puedes cocinar la pechuga a la plancha. Para ello, calienta una sartén antiadherente a fuego medio-alto y pon un poco de aceite de oliva. Cuando esté caliente, pon la pechuga y deja que se dore por un lado durante unos 4 o 5 minutos, sin moverla.

Luego, dale la vuelta y deja que se haga por el otro lado durante el mismo tiempo. Si ves que se dora demasiado rápido, baja el fuego. Lo importante es que quede bien hecha por dentro, pero sin pasarse.

Ya tienes tu pechuga de pollo a la plancha lista para disfrutar. Puedes acompañarla con una ensalada fresca, unas verduras salteadas o unas patatas fritas. También puedes cortarla en trozos y usarla para hacer bocadillos, ensaladas o wraps. Como ves, es una receta muy versátil y fácil de hacer. Espero que te haya gustado y que la pruebes en casa. ¡Buen provecho!